
Siempre me ha resultado flipante el proceso de creación del arte, lo que le pasa por la cabeza al artista cuando está creando, la idea original, cómo va cambiando, las correciones de rumbo
que hace, en defintiva, todo lo que pasa desde que algo comienza a gestarse hasta que el libro, disco, cuadro, película, escultura o lo que sea, se entrega al público. Por eso creo que el jazz me mola tanto y si pudiera elegir otra época para nacer escogería la de estos tipos, porque con los jazzmen y algunas woman que pudieron hacerse un hueco podías ver el momento de creación en vivo y en directo, formabas parte de él y según fuera la reacción del público, iba cambiando, subiendo, bajando, manteniéndose hasta la extenuación. Ayer llegué a Madrid del country y la casa se me hizo pequeña, así que me fui a un centro cultural de Concha Espina donde ponen
gratis todo este mes que acaba partes de un documental que creo se llama
Historia del Jazz. Y hablaban de Duke Ellington y el concierto en NewPort, cuando la gente, un poco hastiada, se levantó para irse y él empezó a tocar un tema mítico suyo y el saxofonista empezó a hacer un solo y así estuvo durante 35 minutos, volviendo a la gente tan loca que el organizador comenzó a hacer señas histéricas a Elligton para que pararan de una vez porque se estaba acojonando tela. Y salía Miles Davis, cuando hizo un solo de media hora en un concierto el día antes de la Pascua, y justo cuando eran las 12 metió los acordes de la canción de Pascua ahí, cuadraos como un reloj de cuco. O lo que contaban de Ornette Coleman, que la primera vez que tocó con el bajo Charlie Haden le dio un papel enano y le dijo:
"Yo voy a cambiar estas notas y tú me sigues" y estuvieron 2 días tocando en un garaje sin parar más que para comer una pizza. Y luego, Coleman, cuando vio que no podía superarse más, se puso a tocas debajo del puente de Williamsburg, en Nueva York. O cuando John Coltrane vio una luz mientras tocaba y cambió la heroína por una mística que no le restó nada de brutalidad genial. Y eso que decían muchos en la peli, que no puedes pensar que los hombres tirados en la acera no tengan talento, y que alguno de ellos podría ser Charlie Parker. Pero creo que lo que más me flipó de todo fue una frase de un saxo tenor en activo cuyo nombre no recuerdo:
"Lo que más me impresiona de estos músicos es que estaban dispuestos a morir. Un músico de la banda de Davis lo que le estaba diciendo al tocar era: yo moriría por tí, estoy dispuesto a morir por tí, en este mismo momento".