Monday, October 19, 2009

Show must go on

Anda, me acabo de dar cuenta de que en septiembre hizo cuatro años que empezé con el blog ... joder...
Bueno, miento, me di cuenta ayer, cuando iba en el metro escuchando Ourang Outan, y me dio risa de contenta y un tío enfrente que también iba con cascos se rió también. Esas cosas son las que me dan ganas de contar, o cuando un autobús va por la carretera y de repente se pone a la altura de otro y miras por la ventana y hay alguien al otro lado mirando también. O cuando yendo a Harlem en una noche loca te sientas en el metro al lado de un tipo con un carrito con un caseto con música gospel te da un flyer sobre la salvación de las almas y te explica que podemos parar el fin del mundo. Ahora vivo en un primer piso y la ventana de mi cocina da a la calle. Acabo de hacer una tortilla de patata con la música puesta a toda leche, y la peña que pasa por mi ventana vuelve la cabeza, mira, y a veces hasta saluda. Es igual que esto, exhibicionismo o gusto por vivir hacia afuera, si es que hay alguna diferencia...

Monday, October 05, 2009

Agárralo, como puedas

No tengo agenda, así que no paro de hacer listas.
Canciones a las que agarrarse en el cambio de estación:
1) Lali Puna, The Daily Match
2) Wilco, Missunderstood
3) Billy Bragg & Wilco, Walt Whitman's Niece
4) Manic Street Preachers, Motorcycle Emptiness
5) Radiohead, Reckoner
6) Devendra Banhart, Summertime (tengo sensaciones encontradas con este grupo, y al loro el vídeo, de Brooklyn tenían que ser, pero el tema mola es bastante salvavidas)
7) Dorian, Cualquier otra parte (Ibid.)
8) The Doors, Tell all the people
9) Pj Havery, We Float
10) Harry Connick, Jr., It had to be you
12) Nick Cave & The Bad Seeds, In the Ghetto
13) Bob Dylan, I Want You

Saturday, October 03, 2009

Corrientes circulares


Están tirando cosas por aquí. El edificio de mi universidad, donde pasé mis primeros meses en la ciudad, lo van a derruir entero, una manzana entera de la quinta avenida se va a venir abajo. La iglesia griega presbiteriana enfrente de mi casa, con su valla apañada con un viejo somier y sus ventanas circulares llenas de palomas será también escombros dentro de unas semanas. Ayer caminando a casa me di cuenta de que volvía a tener esa sensación, esa que me invade aquí con bastante frecuencia y que me dice que igual, o igual no, al doblar esa esquina puede haber otro mundo, o un pedazo pequeño de él, dentro de otro y de otro. Eso es lo que más me gusta de esta ciudad, la capacidad de sorpresa. Suena a mito y en muchas ocasiones lo es, pero cuando es cierto es realmente la bomba. Lo asemejo a esas mañana de noviembre en las que ha caído bastante nieve, hace un sol espléndido y un frío que corta el aliento. Te duelen los nudillos y te lloran los ojos, pero entre la mierda de las aceras y lo poco que puedes ver de las caras de la gente, escondidas entre gorros y bufandas, descubres cosas que brillan, y que son tan frías y a la vez tan puras como el viento helado que te jode viva.