Tuesday, February 02, 2010

Graham is made of Gold

Irving dijo un día que le caía bien Graham Coxon. Así que inmediatamente me fui a escuchar el disco que me metió él mismo en el iPod cuando vino a Nueva York. Brutal. Y sí, a mí también me cae de puta madre. Pero quizá lo que más me ha emocionado ha sido cómo molan los títulos de las canciones, porque es una obsesión que tengo últimamente. En la música, a mí me parece importante todo, en el sentido de que me mola que haya coherencia. Si en otros ámbitos de la vida me la pela bastante, en la música me mola muchísimo sentir que el artista ha querido decir algo con su disco, aunque ese algo sea exactamente que deliberadamente no ha querido decir nada, o aunque yo no pille exactamente qué ha querido decir. Pero si la pulsión se siente, en cualquiera de los infinitos casos, me mola. Y si encima es certero, y uno tiene la suerte de incorporarlo a su momento vital, normal que nos entren ganas de bailar o que nos creamos en un vídeo musical cuando vamos con los cascos por la calle.
Título del disco
Love Travels at Illegal Speeds - Certero a muerte
Títulos de canciones
Don't Let your Man Know - o Remordimientos de El Fuego Amigo de Chinarro
I Don't Wanna Go Out - o lo contrario al Take me Out the Fran Ferndinand
Don't Believe Anything I Said - o gran frase que cerró una discusión sobre vandalismo en el Festimad hace años en el country.
Tell It Like it Is - Aparte de un temazo bestial bestial, cómo decir cosas bonitas sobre la ausencia y el desengaño dejándose de polladas.
You Always Let me Down - reverso punk y cachondo del bonito y llorón Never Let me Down Again de Depeche Mode, y no se, me hace mucha gracia.

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