Mañana será otro día
Hoy salgo y me pongo falda. Una falda tubo por la rodilla con raja detrás color verde botella. Aunque así descrita parezca un poco de putilla, es una falda muy decente, más aún, es un poco estilosa y todo. Llevo toda la semana preparándome para ello porque en invierno es difícil ponerse falda. Tienen que conjuntar las botas, que me compré el martes, la camiseta, la chaqueta, el abrigo, el bolso y las medias, y que no parezca que está todo super pensado, que si no queda muy mal. Por eso no me pongo casi nunca pendientes a juego y pulseras y esas cosas. Total, que esta tarde he salido a la calle toda ofuscada por razones fundadas que explicaré más adelante, en busca de unas medias (odio la palabra pantys, puag) negras, tupidas que no transparentes, puag, y de cintura baja, porque las de señora te llegan hasta el gañote y si no tienes la tripa hecha una tableta corres el peligro de que alguien te deje su asiento en el metro porque cree que estás de dos mesecillos o así. Situación totalmente embarazosa. Por cierto, ¿por qué embarazo también significa vergonzoso? Qué coñazo de lenguaje. En fin, que me pierdo. Las medias. Mi barrio no tiene tiendas de cadenas conocidas, rollo Zara, Mango y todos esos sitios en los que puedes entrar y reconocerte a tí misma y tu lado más consumista al instante. Así que tocaba mercería al canto. En la primera no había medias del tipo deseado, y eso que era moderna y tenía pijamas de Calvin Klein por ocho euros. Dos de ellos han salido de la tienda conmigo, y eso que no me reconocía mucho en el nuevo espacio. Siguiente parada, El Arca de Noé, mercería detodalavidadedios con placa conmemorativa y todo, en oro, a los 100 años de resistencia frente a los grandes almacenes. De esos sitios donde las camisetas de Termolactic o como fuera son la estrella de las ventas. De hecho, la señora que estaba delante de mí se ha llevado dos, de estilo "moderno" porque tenían escote de pico, y luego se ha tirado como quince minutos comentando los chismes del barrio con la tendera, a la que llamaba por su nombre de pila. Nada, medias bajas pero más finas que el papel de fumar, no valen. Tercera parada, mercería pequeña especializada en conjuntos de encaje de colores estrambóticos. Me han sacado una cosa que decían eran medias ajustables, que te podías subir hasta las tetas o bajártelas hasta la hucha del culo. No me lo he creído. Tercera parada. Mercería al uso, no de rancio abolengo ni semi-pornográfica. Una señora le estaba contando a la dependienta cómo hacía ella el pollo en la olla, lo rápido que era y que quedaba tan rico como asado, oyes. Ja!. En cuanto me ha visto coger un producto, la tendera ha despachado a la clienta detodalavida como los niños arrojan su juguete de reyes a un rincón después de que haya sido su objeto más preciado durante una semana. Que si las casas no hacen medias de esas características, que si son incómodas, la madre de dios, a puñaos las hay en Calzedonia señora, a puñaos! Al final ha encontrado unas "de fantasía", de dibujo bastante discreto, y en mi desesperación he apoquinado 9,90 y he salido un tanto escaldada del lugar. Hoy me pongo falda sí o sí. Y voy fantástica con mis medias fantasía.
By the way, el examen de hoy ha sido una full, con suerte volveré a pasar por el mismo infierno dentro de poco. En fin, no todo son días de vino y rosas, pero hoy toca wiskola y ya lo pensaré mañana.