Sunday, February 01, 2009

Recuperando el crapulismo

Por diversas razones, entre las que prima la pasta y el desconocimiento, resultaba un poco complicado correrse una juerga en Nueva York. Parece increíble, pero no me duelen prendas decirlo, es así. Al final ocurrió. El viernes estaba atómica, y los demás también lo estaban. Parecía un poco el country, un poco otra cosa. No se, alguien lo expresó con mucha claridad con las siguientes palabras: "Hoy me he levantado y he pensado: Tengo sed". Bebimos birras y comimos pizza gratis en un garito de Brooklyn donde tipos cuadrados con camisetas grises de manga corta ajustadas y modernos con pantalones pitillo metían dólares en un gramola moderna con pantalla táctil y provocaban una mezcla esquizofrénica entre canciones de películas de los 80 y los Pixies. Alguien pedía coca-colas y las rellenaba con una botella de ron de tamaño bolsillo que al parecer estaba diseñada y comercializada para esos menesteres. Nadie quería irse a casa, así que fuimos a un garito en el que estuve con J, que nos dejó un buen recuerdo. Había una parte como dance moderno, un patio donde había un grupo de tipos y tipas bebiendo con 4 grados bajo cero alrededor de una hoguera y luego otra parte con escenario y escaleras tipo bar-hotel de películas del oeste. Alguien dijo que parecía que iban a bajar las bailarinas de cabaré vaquero por las escaleras en cualquier momento. Había un concierto de una tipa rubia en bañador que tiraba plumas blancas al público y gritaba como una descosida en medio de una nube de humo de concierto bestial. La tipa de se fue y la música que ponían era tipo Pulp Fiction todo el rato, y la gente se volvió loca bailando. Alguien dijo que de repente parecía que todo el mundo se iba a liar con todo el mundo. Las cervezas eran jamaicanas y sabían a miel, y todos llevábamos plumas blancas en la cabeza, de adorno. Había un tipo de Barcelona al que le gustaba más Madrid, pero que sin embargo se puso muy contento cuando le dije que a mi creía que me flipaba más Barcelona. Luego resultó que tocaba el culo a las tías y alguien le dio una patada y se fue. Nadie se quería ir a casa, así que pregunté a un tipo que resultó ser de Madrid y que llevaba cuatro años pintando cuadros y ahora estudiaba cine, y sabía de un bar que estaba lejos pero que al parecer era el único que estaba abierto por la zona a partir de las 4. Al parecer pinchaba Miss Kittin todos los findes. Una colega nepalí-americana rompió el momento de duda diciendo: "Vamos a mi casa, que este es mi vecindario". Compramos botellas de zumo de mora en un restaurante mejicano que estaba cerrando, para mezclar con el vodka que ella tenía en su casa. Llegamos y resultó que su hermano, que estaba sobando, se había bebido todo el vodka. Alguien encontró una botella de vino y la anfitriona nos contó que su padre era el primer nepalí que se había comprado una casa en todo Estados Unidos. Algunos nos quedamos a sobar allí, el hogar estaba a horas de aquel apartamento que por la mañana nos trasladó al verano, de calufo que hacía y del sol que entraba por las ventanas. Al salir vimos pegatinas en las puertas de las casas en las que se informaba de que el inquilino era católico apostólico romano y que no iba a dejar su fe por nada, adviritiendo a posibles evangelizadores de otros credos que "no lo intentaran". Había puertas decoradas con corazones en honor de San Valentín. Al salir a la calle dejamos el verano en el tercer piso y volvimos al soleado pero frío invierno. Había pistas de hielo en el suelo y si no hacías el tonto te resbalabas. Desde el vagón del metro se veía el río y los puentes y los rascacielos de Manhattan. Todo ello por menos de 40 dólares. Ahora sé que mi sueño americano es posible, y mola.

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Joder! Vaya historia! Te lo montas fenomenal y cuando vaya J ni te cuento las juergas neoyorquinas que os correréis. Sigue contando, que me encanta.

Bs

6:32 AM

 
Anonymous Anonymous said...

bueno, ha sido la primera y porque no estaba planeado que sino seguro que no sale igual. El punto fuerte, como casi siempre, son los tercios asequibles:)

8:56 AM

 

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