Tuesday, February 20, 2007

La ceremonia del adiós

Debía rondar los 18 años cuando leí "El extranjero", "La Peste", "La naúsea" y partes de "La ceremonia del adiós", que tiene uno de los títulos de libro que más me gustan. Por supuesto me sentí existencialista al instante y sin razón aparente todos los jerseys que me compraba eran negros. Siempre me dio bastante asco el tópico ese que dice que en la adolescencia es cuando la gente se plantea el verdadero sentido de la existencia, pero qué duda cabe que es la época en la que, teniendo ya un poco de raciocinio, también se cuenta con mucho tiempo libre para pensar y para probar sustancias prohibidas. Luego vienen las cuentas del mes, las experiencias con el lineal del super escogiendo con mimo los productos más baratos cuando toca final de mes y el quedarse dormido en el sofá viendo una serie con el libro cerrado al lado. Hace poco me asaltó el temor que poco a poco se fue conviertiendo en horror al darme cuenta de que hacía bastante tiempo que no me planteaba si lo que vivimos es realidad y merece la pena o una especie de rueda de la ficción en la que estamos encerrados rodando sin sentido alguno, si al final todo es relativo o si de verdad existe el bien y el mal. Recuerdo que caminando a currar intenté concentrarme en estos pensamientos, pero sólo conseguía atorarme más y retener una idea totalmente práctica y carente de profundidad, si me daba para comer dos platos o solamente uno con los tickets restaurant que me quedaban en el bolso. Pero está claro que la tragedia nos persigue y después de unos días, cuando menos me lo esperaba, una tarde de viernes tirada en el sofá, me asaltaron todas esas dudas existenciales y reflexiones de angustia vital, sin avisar y entrecortando mi respiración en el momento en el que estaba a punto de coger el ritmo propio de la siesta. Como soy una agobiada, creo que tenía miedo de darme cuenta de que no necesita pensar más sobre la vida porque ya tenía claro todo, aunque luego se pasó el mal rato gracias al sentido común: es un secreto a voces para todo el que me conoce que, aparte de tres o cuatro pilares fijos, soy una plasta que no para de plantearse su vida y en ocasiones hasta decide cosas cada vez que ve un escaparate nuevo o una noticia de países lejanos en la tele, se topa con un disco, una peli o una persona cojonuda o lee un libro con título bueno. De momento, sigo viviendo en la duda, y me temo que por muchos años.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

qué cabrón, yo habría necesitado 24 horas para construir esa respuesta!

2:56 AM

 

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