Sunday, March 09, 2008

Una historia real

Me cuentan mis colegas que el otro día en el bar country de los últimos tiempos vieron al niño pequeño del Camy con un pedo considerable, como todos los demás, y que charlaron un poco con él. El chaval debe tener 18 tacos o así, y nosotras podríamos sentirnos viejales, pero pasamos y preferimos partirnos recordando las andanzas del Camy. El Camy era el kiosko de gominolas que había en nuestra urbanización hace la tira de años, que tenía puesto una familia que daba mucho juego en la parte delantera de su chalé. Mantuvo y ganó una lucha fraticida con el otro kiosko de la calle, el Royne, a unos cinco metros de distancia. Durante unos meses la dura ley de la competencia del capitalismo feroz se trasladó a la calle Costa del Sol, y un día los chicles costaban a cinco pesetas, otro a seis, otro a cuatro, y era un lío de cojones. Reinando ya en solitario, el Camy amplió el negocio y pasó a vender prácticamente de todo (latas de conservas, pilas, papel del water) y también comenzó a poner aperitivos, cañas y copas en ambiente más nocturno y voceras. Juro que vi celebrarse una comunión en el chiringo. El niño del Camy estaba siempre al tanto de que el abuelo no se quedara dormido sobre la barra del kiosko después de tomarse sus vinos, cosa que a veces ocurría, con el consiguiente susto del personal. La hija tenía siempre la cara de las chavalas que salen en las pelis americanas que viven en pueblos del sur, ese "sácame de aquí por favor" grabado en la frente. Se casó pronto y ahora vive en Méjico. La madre siempre te intentaba convencer de que los donuts caducados se podían comer y el padre le echó una buena bronca a mi brother un día que le pilló colándose en el chiringo a robar unas pilas para el radioca. El abuelo nos hacía un juego: si conseguíamos adivinar quién era el cerdo de gominola rosa que tenía en la mano, nos llevábamos golosinas gratis. Bren siempre decía que era Aznar y el viejo se ponía de mala hostia y le daba un cachete en la mano. Yo, que sabía que eran de Falange, decía que era Felipe y me llevaba la bolsa gratis. Se que esta anécdota no deja en muy buen lugar mi integridad, pero así fue, tan real. La verdad es que nos caían todos fatal menos el viejo, que en el fondo era un cachondo. Pero todo imperio tiene su caída, y el del Camy, con su forma de ser, tan "o me compras a mí o estás contra mí" y la cara que ponían de "te estoy vigilando" cuando pasabas por delante con una barra de pan que no les habías comprado a ellos, le granjeó muchos enemigos. Éso, y las dudosas condiciones sanitarias del chiringo, amén de que no tenía licencia más que para vender gominolas tiernas y helados sin caducar, hizo que la última vez que viéramos el kiosko fuera en volandas, transportado e incautado por una grúa de la Guardia Civil. Ni en los días más fructíferos de coñas y exageraciones se me habría ocurrido un final tan grande.

16 Comments:

Anonymous Anonymous said...

joder, qué buena reflexión, y que impecablemente relatada hija...

12:48 PM

 
Anonymous Anonymous said...

jajajaajaja, lo mejor que he leido en mucho tiempo...
me acuerdo de que cuando el viejo se daba la vuelta para cobrarte los niños le abrían el congelador y le robaban todos los flashes que les cabían en la mano...
qué mala hostia se gastaban los muy cabroncetes...
muas!

1:06 PM

 
Blogger Tony said...

Muy bueno, de verdad.Me has transportado a "Verano Azul". Normalmente hay pequeños detalles en la vida de los niños que pasan inadvertidos para los mayores y que son grandes mundos para las pandillas.¡Qué gran final el del Camy!

2:26 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Y o acordais de las nubes congeladas con mordiscos del susodicho niño..Que recuerdos!!!
Una historia genial!!!

3:54 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Edur fue la que levantó la liebre, claramente el Camy es una mina

12:29 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Me he descojonado leyendo la historia. Así de real lo vivimos en nuestros años de infancia. Lo que no sabía era que habías visto la muerte del Camy... Jajajaja
ERES GRANDE, MARTA!!!

Marguiruli

4:22 PM

 
Anonymous Anonymous said...

jajajaj!!!! qué bueno!!! mi hermana y yo estamos partiéndonos la polla!!! qué historias más cojonudas en el camy.... qué familia tan peculiar!!! recuerdo al niño llorando con el abuelo caído en el suelo del pedo que llevaba y gritando: ¡¡¡mi abuelo ha petao!!!!!
Ahora el crío del camy tiene los huevos negros....y se pilla los pedos de su abuelo....

recuerdo el último día del camy, su último viaje en la grúa y nosotras corriendo detrás...por si nos podían vender el último paquete de tabaco....fue dura la despedida...

en fin, me ha encantao el relato, marta, me has hecho recordar muchas historias!!!muchos besitos!!!!

8:24 AM

 
Anonymous Anonymous said...

huevos negros??? jajajajaja, qué mina por dios. Hoy mismo he recido las últimas noticias de ellos de mi madre radiomacuto, coincidencia total que se ha enterao que por fin han vendido el chalé, se han jubilao de todo y se han ido pa Extremadura, extrema y dura.

1:45 PM

 
Anonymous Anonymous said...

....aaayyyyyyy!! en todos los barrios, y en todas las infancias ha existido una "guerra de gominolas", chicles de "a peseta"....Aquí en el barrio fue memorablñe el conflicto diplomático entre el "Velayos" y la panadería de Reques.......joooo, y cuando íbamos de canijos a pedirles las litronas vacías (eran retornables!) a los yonkis de la estación para cambiarlas por chicles en "El Teide"....hasta nos las dejaban preparadas en bolsas, ¡qué majos!
Os kiero peña!

4:27 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Entonces...si se han pirado?Han dejado al crio aquí solo vigilando la tumba de su abuelo?O es que el crio esta pensando el poner un Camy
After-hours y plantarlo delante del Limite para vendernos tabaco aliñado y caramelitros que hacen que las emociones fluctúen desenfrenadamente y que las percepciones del mundo real asuman aspectos ilusorios mientras suena "Mi carro" de Manolito Escobar?
En de ve!!Ande amos a llegá!!!

7:15 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Joder lo que da de si el jodio Camy!!!

7:16 AM

 
Anonymous Anonymous said...

.....Aupa Camy Comunero pues!...... y lo que darían de sí otros Camys más cercanos a una cosa que se llamaba "los Tubos"...............mucha tela......Tony: cuéntalo tú que a mí me parece que me repito como los garbanzos de mi vieja...........

-quiero, quiero, quiero, quiero mi poción, el druída de este pueblo....¿dónde vive, por favor?-

Semana Santa a Gandía, cagüentó!!

9:46 AM

 
Anonymous Anonymous said...

qué guapo javichu! qué tierno lo de los yonis de la estación, super chandalistas que eran. Cómprate un helao en Gandía, camy o lo que sea. Muaks!

1:10 PM

 
Blogger Tony said...

¡¡Sí Javitxu!! Pero lo de nuestro Camy (en los tubos) era para quitarnos el amarillo y además ya eramos algo mayorcitos, o como diría Brenduska, ya teníamos los "huevos negros" o "pelaos como los leones" según otros.

Por cierto Ana, me ha gustado mucho tu descripción del estado emocional provocado por los "caramelitros". Joer que callao te lo tenías... pásate unos, pero tírate el rollo... ;)

Marta a este paso va a ser el Blog más visitado... se estira como un chicle, pero de los de a seis pesetas que en euros es...

3:11 PM

 
Anonymous Anonymous said...

Yo te paso todos los caramelitros que tu quieras!!!y nos los comemos tos juntos en amor y compañía!!!
Drogas, drogas duras...un problema para los jovenes!!!lalalalalaralalalra
Podemos convertir este post en el mas largo de la historia.Sigamos ecribiendo a saco,el camy lo merece!!

1:28 AM

 
Anonymous Anonymous said...

hijOs de puta!!!!
FDO.el dueño del royne.

4:25 PM

 

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