Thursday, September 06, 2007

Princesa por un día

Hoy curré 14 horas. No me siento orgullosa. Las primeras dos horas fueron rollo hablar por dos teléfonos a la vez y con ello perder toda la educación que me enseñaron de pequeña. Y luego tedio, y luego me dediqué a enamorarme del camarero del cattering, que también curró 14 horas hoy. Le observaba por el rabillo del ojo mientras él suspiraba de pie, y sufría pensando en lo mal que se pasa cuando tienes que estar así, casi sin moverte, sin hablar con nadie, sin hacer nada de nada, y la de absurdas estrategias mentales que uno pone en marcha en esas situaciones, contar los segundos (21, 22, 23, 32 !!!! .... ??????, 1, 2, 3 ...), pensar en la ropa que tienes (4 pantalones, dos negros, uno vaquero oscuro, un claro, uno que no me pongo, ¿por qué no me lo pongo? ¿desde cuándo no me lo pongo? ¿cuándo fue la última vez que me lo puse?, ah, ya se porqué no me lo pongo) o en la gente que conoces (2 Carlos, 3 Marías, 1 Montse, hostia, Montse! madre de dios!) o en todos los tacos que sabes y que gritarías en alto (hostia, mecaguenlaputa, hijos de perra, hijos de mala madre, bastardos de padre conocido, porcinos) Lío otra vez y luego aún más tedio, y la sensación me recordaba a cuando Kerouac pagaba a las mujeres en Portugal para que le dejaran mirarlas a los ojos durante una hora. Y luego el cattering, y él llevaba el canapé más bueno de todos, rost bieff con queso por dentro, y también el cava, con lo que me gusta a mí el cava. Y mientras yo guardaba y precintaba ordenadores en sus cajas él recogía copas y cajas de hielos y de repente ya no iba vestido de negro, sino con unos pantalones punkis y una camiseta blanca. Le dije adiós pero nada, llevaba cascos. Al final todos olíamos mal. Decidí volver a casa andando, porque quería fumar y porque quería ser autónoma y poder ordenar a mis piernas colocarse una delante de otra y dar pasos lentos y pesados. Casi nadie por la calle y calor en Madrid. Tanto que me daban ganas de quitarme la camisa blanca ubicua de Zara, los pantalones de vestir con el primer botón desabrochado porque me los compré un poco ñajos pero rebajados y las sandalias más cómodas que he tenido hasta hoy, cuando han dejado de serlo. El pasillo hacia la puerta de casa ha sido el escenario del despelote con cero glamour. Mi cama hoy es un palacio.

3 Comments:

Blogger Gamo P. said...

Es una tontería de comentario pero decirte que me ha gustado como has escrito el post de hoy.

Por otro lado, 14 horas?? Casi prefiero no saber como te ganas las lentejas.

1:13 AM

 
Anonymous Anonymous said...

A mi tb me ha encantado, aunque lo siento por ti guapetona... de todos modos, siempre es mejor estar sin hacer nada pensando en esas cosas y observando a la gente que dentro de la ofi a tuttiplen.
Disfruta del finde, que te lo has ganadoooo!

6:10 AM

 
Blogger tartaleta said...

pues en el lado oscuro de la comunicación curro, y a veces hay jornadas maratonianas, como en to los laos supongo. pero oyes, con los halagos casi que me merece la pena:)

12:30 PM

 

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