De vuelta al ardiente asfalto
Perdiéndonos por Lisboa, bajando calles y cuestas empedradas, encontramos un barrio de prostitutas y camellos en el que las viejecitas salían a tomar el fresco con sus sillas a la calle, mientras el viento mecía y en ocasiones levantaba sus vestidos de flores. La ciudad lusa es increíble, de bonita, de vigorosa, de antigua, de encantadora, de moderna, de misteriosa. Y unos pocos kilómetros más al norte, los pueblos de playa, algunas de ellas de ese tipo de playas portuguesas rodeadas de dunas y rocas, con unas olas enormes y unos surferos que quitan el aliento. El último día, mi madre, mi brother y yo disfrutando de una copa en la terraza de un hotel frente al mar y la luna llena, y un tipo francés al lado que cuando nos vamos nos da un dibujo muy extraño. Varios rasgos simples y raros y una leyenda: "Les femmes parfaites, on n'arrive jamais à les dessiner". Excelente e inquietante fin de fiesta. Pero qué calor hace en Madrid no?
3 Comments:
Arde Madrid, bufffffffff!!!!
Lisboa rules!!!
A ver Barna qué tal...
Besitooooooooooooooooooooo!
2:08 AM
Barna es la puta hostia!!!
9:11 AM
pero que os habéis tomado por Dios¡¡
12:16 AM
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