Sunday, November 09, 2008

Allen Ginsberg y los romanos

Ayer por la noche, con el pañuelo en la mano y aún soltando alguna lagrimita después de ver El indomable Will Hunting (es patológico, lo se, pero siempre lloro con las pelis más típicas y previsibles, las que están hechas para que llores, veáse Pretty Woman), me quedo viendo los títulos de crédito, que aquí los ponen todos, hasta el final, ya sea una peli o una serie a las 6 de la mañana o a las 3 de la tarde. Y veo que los tipos dedicaron la película a Allen Ginsberg y William S. Burroughs. Bueno. Me hizo bastante gracia. Unas cuatro horas antes había cogido el metro elevado para ir de Queens al East Village a ver un espectáculo de danza moderna en una iglesia, el plan gratuito que propuso este finde la comisión que administra mi beca. Y una, que ve como bajan sus dólares en el último mes del trimestre (el final de mes es más duro y mucho más largo cuando uno cobra cada tres meses...), y no tiene otro plan, piensa: Me pongo un poco mona y voy pisando fuerte a ver a los hippis bailar. Cuando llego a la iglesia, Saint Mark's Church, lo primero que veo es un grupo de punkis haciendo botellón en las escaleras, dentro del parque del recinto eclesial, echándose unas risas muy sanas. Porque me dio palo, pero me hubiera echado unos tragos la mar de contenta. Y aunque parezca raro, esa estampa no era la más surreal. Que en una casa de dios, como las llaman en España, haya miles de fliers de espectáculos modernos de todo tipo, desde charlas contra las pieles o sobre el papel del arte callejero en el siglo XXI a grupos anti-consumo y granjeros orgánicos, es como para celebrarlo con un trago. De ahí el botellón, supongo. El espectáculo chulo, dos parejas bailando medio el baile del robot medio clásico con desnudo de tetas incluido con una música extrañísima, como si la rara de Börkj se hubiera vuelto loca, todo ello dentro de un espacio blanco tipo iglesia mexicana, lo que aquí llaman el "sanctuary". Pero nada comparado a salir del santuario al cementerio-parque (lleno de tumbas sin altar ni cruces de gente que pereció en 1800) y ver un árbol precioso y enorme con una placa que dice que se plantó en 1991 en memoria del poeta Allen Ginsberg. Ahí ya flipé bastante. Que Matt Damon y el otro tipo dediquen una peli de un chico desorientado y atormentado pero super mega listo y con buen fondo a Ginsberg es bastante previsible. Pero que una iglesia, aunque sea episcopaliana, con lo que quiera que eso signifique, haga los honores, bien es cierto que tardíos, a un hombre gay, drogota, brillante y fiplantemente lunático y aullador, es acojonante. Muchas veces, la mejor respuesta que se me ocurre para este tipo de cosas que me voy encontrando por Nueva York es aquella gran frase de Astérix, "están locos estos romanos" y, a veces, molan un puñao.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

tía, qué grande qué grande... están como una cabra, como cantábamos, y me encanta cómo lo demuestran, tan a su bola... ánimo con la administración de bienes! mil besitos!

3:17 AM

 
Blogger Gamo P. said...

Jo, pues tiene delito el Indomable Will Hunting es de las películas que más odio. Tópicazo tras tópicazo de yo soy tope de listo pero no encauzo mi potencial. Sin embargo Pretty Woman cada vez me mola más porque con el tiempo la interpreto más irreverente, sucia y brutalmente divertida.

Estoy contigo el caviar puede uno encontrarlo en cualquier lado: baile, punk y destape en una iglesia episcopaliana pues tampoco nos deberiamos sorprender ¿no?

10:35 PM

 
Anonymous Anonymous said...

como una cabra tía, y no es cierto que con la de pelis de Hollywood que hemos visto no debería sorprendernos...

10:05 AM

 

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