Pachuli yo

Ayer vi una peli un poco mala que se llama Dark, Veneno en la sangre, o algo así, de un tipo asesino a sueldo al que un jefe de banda rival le inyecta un veneno que le anula las endorfinas y la adrelina y le lleva a la muerte a no ser que se chute epinefrina a machete para ponerse como una moto y haga las mayores burradas del mundo para no quedarse quieto, como follar en la calle, meterse dos gramos de perico en un segundo, tomarse un frasco entero de anfetas o circular a toda hostia con un deportivo por un centro comercial. No me siento culpable de haberos contado lo que pasa (y es que no pasa mucho más) porque creo que objetivamente la peli era bastante basurilla. El caso es que la idea de tener que moverte para no palmarla me parecía bastante guapa, pero la estética videoclip-hombre machote que separa los brazos del sobaco en exceso, como si el musculazo que tiene impidiera que estas dos partes del cuerpo se puedan rozar, me pone un poco cardi y acaba de un plumazo con mi querida ataxia primaveral. Esta semana que empieza creo que va a ser un poco al estilo basurilla de la peli, un mal guión para un argumento que nace del no poder estarse quieto, así que estando ya a lunes tengo asumido con poca deportividad que voy a suspirar por la tarde del viernes como si retrocediera en el tiempo a los seis días antes del examen de selectividad. Nunca he rezado a San Isidro pero en estos días la vela del incienso pachulí que me deja grogi por la noche va para él.