Tuesday, April 24, 2007

"Fuerte cosa es"

He pasado por la calle Goya como cuatro veces, con encuentro entrañable con la familia Grisco incluida. En "El Siglo de las luces", al principio de cada capítulo, hay un título de una pintura de Goya y son cojonudos. Cosas como "Siempre sucede", "¿Qué alboroto es éste?", "Fuerte cosa es" o "Se aprovechan". Para mí es doble triunfo de dos genios. Primero el de Goya, que junta dos o tres palabras y con eso dice tanto que, aunque como en este caso no tengas el cuadro delante, te puedes imaginar con mucha facilidad cómo va a ser y qué va a decir. Y el de Carpentier, que de entre todos los títulos de cuadros, escoge ése para un capítulo en particular y te puedes imaginar qué es lo que vas a leer a continuación. Cuando Kerouac se puso a escribir "En el camino", lo quería hacer tan rápido y de hecho escribía tan a toda hostia que uno de sus colegas beats, Allen Ginsberg creo que fue, le regaló una máquina parecida a las de los teletipos para que pudiera ir aún más rápido y le saliera todo de un tirón, o más bien todo en una tira, que no repasaba y que le llevó al editor Ferlinghetti que, a pesar de ser también colega, flipó de lo lindo. Cuando Marguerite Yourcenar se puso a escribir "Memorias de Adriano" lo pensaba tanto que tuvo un parón de varios años hasta que logró encontrar, poco a poco, el modo de colocar todas las palabras que le rondaban la cabeza, una detrás de otra en un orden exacto. A mí los dos libros me parecen una sinfonía que suena tan bien que parecen del todo fáciles de componer y de repetir, por muchas fiebres que les causaran en su momento a sus lunáticos autores. Siempre me les imagino con la cabeza agachada sobre el papel y las palabras volando en remolino alrededor, y los tipos dando manazos al aire y agarrando una y otra y otra después hasta cuadrarlas con las ideas, la hostia. Y luego están las canciones del rollo Pereza y el "voy a hacértelo muy lento" y se te cae el alma al suelo, la madre.

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