Wednesday, January 04, 2006

Proceso 5: Días cruzados

Fashion victim o no, a veces la ropa que elige es una manifestación flagrante de su estado de ánimo, no siempre coherente pero sí influyente. Duerme fatal y por la mañana se pone botas de tacón o taconazo (según al grado) para pisar fuerte por la vida. Sale hasta las tantas y al día siguiente escoge zapas para no hacer ruido al andar. Pero también hay días en los que se ponga lo que se ponga, no la arregla ni dios.
Una
No tengo muchas ganas de salir, estoy un poco cruzada, luego te llamo si eso. Enfrente del armario, con la música a toda hostia, se prueba una y mil cosas. Vaqueros no, es lo de siempre, venga, minifalda, uff, estoy fatal, el vestido ese que no me pongo nunca, no, ya se porque no me lo pongo nunca, pues nada, lo de todos los findes, vaqueros y ya está. No sabe cómo, acaba en un garito de pachanga, apoyada en la barra con la copa, mirándose las zapatillas viejas. Igual me tenía que haber puesto el vestido, qué hora será ya?
Otra
Oye, que lo que te dije antes va, olvídalo, tengo el día cruzado. Que sí salgo y me pongo monísima y todo. Las medias por aquí, la minifalda por allá, mil pruebas de camiseta. Y ahora el abrigo, a ver cuál me pega, joder, ojalá fuera verano, es todo más fácil. Maqueadísima, no sabe cómo, acaba en un garito con la música bajísima y oyendo conversaciones sobre cine de autor sentada en la barra con la copa, bajándose la falda cada dos por tres. Si lo se me pongo el chándal, creo que me voy a ir ya.

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