Sunday, August 30, 2009

Human after all

En las canciones románticas inenarrablemente grimosas tipo Amaral, y en las series de supermujeres-pobressereshumanos tipo Sexo en Nueva York, el mito de la vida en soledad en la gran ciudad entre millones de personas está tan poco discutido que ya se da por hecho y muchas veces va una y se lo cree. Luego, cuando se da cuenta de que puede sobrevivir a pesar de lo duro que resulta, empieza a pensar que le deben una estatua en un parque, por el esfuero titánico. A pesar de todo, si se consigue poner todo en perspectiva, una se da cuenta de que tampoco ha sido para tanto, aunque cueste reconocerlo. Buscando otras formas de verlo alejadas de tipas que llevan faldas-tutú de bailarina, una encuentra que también se puede dejar ir, y punto. Ayer estuve en un pedazo de fiesta diurna en un parque de Brooklyn que organizaba Spike Lee en honor del 51 cumpleaños de Jacko. A mí la muerte de Jacko me dejó bastante indiferente, pero la cosa tenía buena pinta y además amo a Spike Lee. Para allá que me fui para descubrir una vez más que observar a la peña a veces es formar parte de algo grande. Con un 95% de negros de Brooklyn, desde bebés hasta viejunos, allí todo el mundo bailaba y cantaba de la hostia. Casi lloro cuando Spike Lee intercalaba el título de uno de los temazos de Jacko, Can you feel it?, con la mítica frase de Cyrus en "The Warriors": Can you dig it? Grande. Y pesar del estilo familia feliz que me tira para atrás de Man in the Mirror, cuando Spike la anunció como el último tema y la peña enloqueció flipé a muerte. Creo que nunca me había sonreído tanta gente desconocida a la vez. Lloronas del tutú no, perderse entre la gente y fliparla, I dig it.

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