Cuando dormir es un lujo
Hoy he estado en la planta 12 del hotel Puerta de América, la de Jean Novell, y he visto una habitación más grande que mi piso y más blanca que el bar de la Naranja Mecánica. Una sala de reuniones que tenía más luz que cincuenta mil flexos encendidos a la vez, y unos botones más guapos que cualquier actor de Hollywood. Desde mi casa puedo ver el edificio, todo de coloritos, que hasta hoy escondían un mundo desconocido. Hoy he andado por una pasarela circular transparante a demasiados metros del suelo, con los coches pasando por debajo y el sudor del pánico corriendo por mi espalda. Y luego he llegado a casa y he tendido la lavadora, justo enfrente de la última novedad aquitectónica, donde hay bañeras blancas rectangulares en las que los tríos seguro que están admitidos sin problemas, por amplitud de miras o más bien de espacio. Eso sí, a mi el pasillo me daba un miedo que te mueres, con tanta lucecita roja lucifer que se enciende cuando sensores inteligentes y la mar de listos notan calor humano, vamos, un clásico.
1 Comments:
Tenías que haberte escapado y subir a la 13, aunque desde la 12 tb se ve toda la ciudad, no?? Yo tb flipé con el hotelito, madre madre!!!!!
Muaaaaaaaaaaaas!!!
3:59 AM
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