Qué cosas!
Salí hoy del vagón leyendo la rolling y me iba directa al final del andén sin darme cuenta. Cuando ya me iba a dar de bruces con la pared el conductor me ha pitado partiéndose el culo, y yo he hecho lo mismo claro. Entonces es cuando ha pasado el fantasma, y he vuelto al metro de Londres por unos segundos. Me refiero a esos momentos en los que tienes la sensación de estar en otro sitio, o más bien vuelves a sentir lo que sentías cuando estabas en ese sitio. Para mí es como si un fantasma de mí misma pasara a través de mi cuerpo por unos segundos. Uno de los fantasmas que más me pasa es el de ese yo que siente relajación y al mismo tiempo efervescencia cuando llega a un sitio que tiene mar y huele la sal en el aire. Es increíble cuando sientes eso exactamente caminando por las calles de tu barrio contaminado, y más todavía si localizas el lugar, no cualquiera con mar, sino ese en el que has tenido la sensación más fuerte. Otro que me visita en verano, en cuanto hace un poco de frío en medio del calor, es el yo mitad triste mitad expectante que se despierta en mí cuando llega el otoño. Otro más, ir andando y sentirte exactamente igual que cuando has quedado con alguien que te importa mucho, con las mismas ganas de llegar, y es tan tan igual que te da la sensación de que te lo vas a encontrar por la calle. Pues esta mañana, cuando volví a Londres, identificando en una milésima de segundo esa forma que tenía de sentir allí, asediada por las deudas y debordada por la felicidad, he pensado que sería cojonudo tener esas sensaciones guardadas, por ejemplo, en pitillos, y fumarte de vez en cuando (pocas, para no romper el encanto), uno de mar, uno de otoño, uno de cita...vamos, un poco como en Días Extraños, pero más sano.
4 Comments:
Pues vas a flipar, reina, con la conexión brutal, aunque me temo que ocurrió a diferentes horas:
Volvía a casa en la línea 1, leyendo la Rolling (ensimismada con el repor de los futbolistas crápulas) y en una de estas me dio por mirar por qué parada iba. Ví el letrero de Cuatro Caminos y me teletransporté a Londres, porque en un segundo me ha dado por pensar cuánto se parece su rótulo al de King's Cross Saint Pancras (ambas estaciones están en la línea azul clarito) y etc, etc, etc...
Creo que el hecho de que la mayoría de los futbolistas crápulas fueran ingleses ha influido en el 50% de mi subconsciente. El otro 50%, eso que te quedó a tí y que me quedó a mí y de lo que nunca podremos curarnos (si algún día volvemos, nos veo llorando por las esquinas de la emoción).
Y luego nos quedamos con la boca abierta con historias de animistas, pequeña alma gemela.
12:27 PM
¿por qué en la portada del blog sigue saliendo 0 comments? la informática me ignora. a ver si con este...
11:43 PM
joder leyleen, debió de ser la marihuana de Brixton, se nos quedaron unas cuantas neuronas por allí pegadas al césped de Hyde Park. Habrá que ir a recuperarlas y perder otras no?
2:41 AM
Pero que dices de marihuana, por dox???!!! Si sabes perfectamente que soy una chica sanota sanota que nunca probó (ni probará) las drogas!!!!
hay que ir a buscar por el césped de Hyde Park, y a ver qué encontramos.
;-)
3:07 AM
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