Sunday, May 07, 2006

Mi gran boda vasca

La cosa fue más o menos así. Empezó con un viaje en coche de carreras lloviendo a mares, con mi padre zumbando cual conductor de vólidos aficionado al aquaplanning. Llegamos a Llodio, pueblo industrial situado en un valle rodeado de montañas verdes en la frontera entre Álava y Vizaya, donde reside toda la familia de mi progenitor. La boda, en un pueblo aún más pequeño y bastante borrockilla, donde nos tomamos, antes de entrar a la iglesia, un corto de birra en una herriko. El cura, un hippy que dijo: "Como decía Aristóteles, cásate, y si te va bien, felicidades. Si no, haz como yo, hazte filósofo". Su frase de cierre fue "Podéis ir en paz, ala, a la calle!". A la salida, nos enteramos de que la ertzaina ha dado una hostia al coche de la novia, y ahí está el padrino con ellos haciendo el parte. Lo que no se podía creer el novio es que sus amigos, además de lo típico de llenar el coche de globos, le habían quitado el encendido del coche a modo de bromilla, así que el pobre tuvo que arremangarse el esmoquin y dárselas de mecánico el día de su boda. La comida no fue tal, fue una comilona bestial con más vino que en Rioja, parte del cual me tiré encima del traje, logrando un estampado la mar de chuzo. Y la verbena, en una caseta de madera, con cristaleras que daban al monte donde mis primos decían, partiéndose el culo, que van los madrileños a ver las vacas y se quedan flipaos, y encima pagan. De todo lo bueno, lo mejor fue el striptease del novio, con la novia sentada aguantando el tirón, sin saber que luego le esperaba lo mismo pero con cuatro amigos cuadraos con gayumbos blancos, la madre!. Y ya el no va más fue ver a toda la family baliando desgañitaos canciones de La Polla Record, Kortatu y Barricada, guauuuuu!. La fiesta acabó en un bar de Llodio, después de bajar por una carreterilla de vacas zumbando y medo afectaos escuchando a toda hostia los Rolling. En el garito, Platero y tú se mezclaba con los Chemical, y todos tomando chismes como dicen allí en copas grandes, no de tubo. Al día siguiente, subimos a un txoco, un merendero en medio del monte, a comer chuletones y demás burradas. Ahora en el country mi estómago se resiente, mi cuerpo está hecho polvo, pero estoy más relajá que el cura de la ceremonia. Estas cosas de Euskadi no se ven en la tele, como decía uno de mis primos, intentando hacerse oír por encima del musicote celestial.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Euskadi is different! Al final va a haber que darles la independencia y tó... Ay Ehpaña! Cuanta diversidad! que cambios más grandes en plan norte-sur!

2:05 PM

 
Blogger tartaleta said...

hombre, la birra nos gusta a todos, eso sí que es común, y por algo empieza uno a entenderse con los demás no?

1:04 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Las bodas son la caña, te pillas unos mocos patéticos, haces el ridi a más no poder y encima la family se parte la polla!! Haces lo mismo un fin de cualquiera y te caen más hostiassss.....

7:36 AM

 

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