Wednesday, April 26, 2006

Despertares

Otra historia del metro, la penúltima que brota allí, (casi pienso que no habría blog si no hubiera suburbano). Día de huelga, debe ser que no tengo mucha prisa por llegar al curro y además se que tengo excusa válida porque la razón sale en la prensa ("Incidentes entre viajeros y conductores en el ? día de paros del metro", bla bla bla), el caso es que me lo tomo con tranquilidad y humor, y consigo hacerme un sitio entre una niña sentada en el suelo (vaya huevos, era mi heroína, todo el mundo apretado al máximo y la niña allí leyendo) y dos chicas con labios pintados, y hasta saco el libro (de bolsillo, pekeñajo) y me pongo a leer muy digna. Y las mujeres L'Oreal empiezan: "Niña, levántate que te van a pisar", y la niña nada de nada, ni levanta la vista oye, eso es ser lista y protegerse bien de las lipotimias. Y luego el típico parón en seco entre Moncloa y Ciudad Universitaria, el parón de todalavida de dios, que no se por qué pero siempre hay uno entre esas dos estaciones. Pues las mujeres guapas sólo de cara indignadísimas, afirmando "con todas las de la ley" que el conductor lo hacía aposta por la huelga. "Yo es que no lo soporto más, es una vergüenza, encima tienen condiciones labores mucho mejor que las nuestras, que cobran 3.000 euros al mes". Y yo leyendo el ritmo bop de "Los subterráneos" de Kerouac, intentando no ser cabrona y no pensar en decirle "Coño, cambiáte de trabajo o de ciudad entonces, hostia!". Y la otra le responde una frase típica de abuela pero proferida por una boca con brillo de diamantes Maybeline en los labios: "Esto en Europa no pasa, esto lo hacen en Europa y ya los han echado a todos a la calle", ole ole ole, europeísmo de nuevo cuño, sí señor, como mola Berlusconi. Lo mejor de todo aún estaba por llegar: "El otro día salieron los del vagón y lincharon al conductor por algo como esto" y "pues no me extraña nada, la verdad". Ahí ya me hice el lío, no sabia si seguir leyendo cómo Charlie Parker tocaba jazz y se pinchaba morfina en los 50 en San Francisco o clavar la mirada en sus rostros para ver si realmente iban en serio. Pues se han bajado afirmando que iban a ejercer su derecho (sic) de poner una reclamación en el Consorcio, como si no estuviera Espe deseando que haya mil millones de quejas para echar la culpa a los curreles de la mierda de metro ruinoso que tenemos. Igual es que soy yo la rara porque no tomo café por las mañanas y voy en el limbo, pero tanta mala hostia y tan temprano no la disimula ni el mejor lipstick del mundo.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Ay, qué sería del metro sin:
-viejas demagógicas y tendenciosas ante cualquier tema actual relacionado con el transporte público.
-niñas que se sientan en el suelo a su puta bola (yo fui una de ellas).
-parejas dándole al lengüetazo padre y a los tocamientos furtivos.
-personas que hablan de cosas super íntimas en público y sin pudor ninguno.
-personas que cuando ven todo esto se miran y a veces hasta se sonríen.
LUCIDEEEEEEEEZ!!!! También se vende cara, y dentro de nuestra locura, la tuya es maravillosa, reconfortante y muy agradable de leer... muas a mansalva!

10:41 AM

 

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