Amores de cine

Tim era Josef, Sarah era Hanna, y yo estaba allí con ellos y en ellos y a través de ellos porque nunca he presenciado una primera lectura de guión que se acercara tanto a lo que yo tenía en la cabeza... “No está mal, no está nada mal“, dijo Tim. “No”, dije yo. “Ha sido la hostia ¿Lo haréis igual de bien cuando rodemos?”. “Bueno, sí, ha sido la hostia, yo no sé si lo podremos hacer igual de bien”, dijo él. Y Sarah, que tampoco las tenía todas consigo al principio, dijo: “Creo que ahora voy a llorar, si no os importa”. Así es como cuenta Isabel Coixet lo que fue la primera lectura de guión de "La vida secreta de las palabras", que vi hace días y que todavía me proporciona una sensación dulce como de pastel de chocolate y naranja, ummm, con un Tim Robins realmente atractivo. Mira que no me caía muy bien esta tía, será por las gafas rosas esas que lleva de mundo freak, pero es grande. Hoy he visto "El jardinero fiel", de Fernando Meirelles, el de "Ciudad de Dios", y aunque no me ha cuadrado del todo todo, está muy chula, y me ha pasado como cuando eres tía, claro, y vas a una boda y por supuesto lo primero que haces es mirar a todas las tías. Pues eso, no podía dejar de mirar a la inmensa Rachel Weitz. Y mañana, no lo aguanto más, iré a ver "Match Point", porque llevo ya unas semanas con eso dentro, esa sensación de "cómo me apetece ver una de Woody Allen, qué bien me va a sentar", y ya está aquí, con otra que me chifla, Scarlett, que el otro día leí una entrevista y decía que después de un fracaso en el casting de un anuncio a los seis años su madre y ella decidieron que sólo haría películas buenas. ¿Cómo se puede tener algo claro a los 6? ¿Y a los 26?. Ésta es una de las preguntas que se hace otra peli que me ha flipado bastante esta semana, "Algo en común", que no se por qué me ha hecho pensar varios días seguidos en esa frase de John Lennon, "la vida es eso que va pasando mientras nosotros nos empeñamos en hacer otras cosas".