Tuesday, January 12, 2010

Porras y maderos

Hoy he vuelto a coger el bule de la A-6 que une el country con Madrid, y de paso produce flashback bestiales todo el rato. Ha sido una mañana llena de ellos, y de detalles castizos cojonudos. En Gran Vía no me acordaba de dónde estaba la calle Luna, y se lo he preguntado al del kiosko que, en cuanto me he acercado ni me ha dejado hablar y me ha dicho muy serio: "Dime, dónde quieres ir." Como no tenía cambio para las fotos, me he ido a un bar a pedir un café y mientras estaba sentada en la barra oyendo la música de las máquinas tragaperras dando guerra a las 8.30 de la mañana, ha entrado un señor con sombrero, bastón y abrigo de paño, se ha quedado parado a mitad de camino entre la puerta y la barra y ha dicho alto y claro: "Laura, ponme un desayuno," a lo que Laura ha respondido: "Buenos días, Carlos, ahora mismo le pongo sus porras." El señor de mi derecha, que se estaba comiendo sus churros mojados en café, ha levantado la cabeza y ha dicho: "Buenos días Carlos," a lo que Carlos ha respondido con un movimiento solemne de cabeza.
Donde el DNI he estado esperando como dos horas y media. No, no tenía cita previa, al igual que las mujeres mayores heladas de frío que estaban sentadas a mi lado. La gente más moderna llegaba, esperaba dos minutos hasta que la llamaban por su nombre y se iba al cuarto de hora con su DNI más contentos que un ocho. Las señoras estaban todo cabreadas porque las tipas del DNI repetían y repetían los nombres de la cita previa una y otra vez. Las señoras sin cita decían: "Si les llaman una vez y no están no les debería volver a llamar, que estén en tiempo y forma, como debe ser y comoeltodoelmundo, y si no que pierdan la vez," y había murmullos de aprobación en toda mi fila y yo no me atrevía a levantar la vista de mi libro. Por una fracción de segundo he girado un poco la mirada para dar con unas manos sujetando un libro que entre sus páginas tenía como marcador una metrocard, la tarjeta del metro de Nueva York, y el flashback dentro del flashback me ha mareado. Era un tío sin cita previa y que tampoco levantaba la vista de su libro, con Converse y cazadora de esas de soldado alemán, congelado, claro. Me ha tocado por fin, y mientras la funcionaria me hace poner los dedos en el lector, el del al lado le cuenta a la suya que vive en un pueblo al lado de Morata de Tajuña que está super guay, en el que no se han quedado sin agua ni electricidad ni nada a pesar de la nieve, y le enumera todas y cada una de las rutas y carreteras nacionales, regionales y secundarias por las que se puede llegar a su pueblo. La otra le cuenta de los chorizos tan buenos del suyo, y parece que no se escuchan y que cada uno está hablando de su libro, pero igual no. A mi mesa se acerca un policía enorme sonriendo a mandíbula batiente que le da un sobre cerrado a la que me atiende, y le dice: "¿Sabes lo que es?," y la otra dice: "No digas, ¿han llegado ya?," y abre el sobre por debajo de la mesa, lo mira y se ríe y el dice: "Ays, pero qué bien salimos no?," y la del pueblo, que parece que oye todo, aunque no lo escuche del todo, dice: "Enseñámela anda," y la otra se la pasa, y se ríen. Me quedo pensando si se trata de una foto de una fiesta de Navidad de la comisaría de la calle Luna, y lo que estaría dispuesta a pagar para poder verla... La tipa me dice que a pesar de hacerme ahora el DNI, me caduca en Junio porque sí, porque robo es igual que pérdida, y no se qué. Total, que cuando vuelva de NY me toca ir otra vez a la calle Luna y, francamente, no me jode nada de nada.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home