El mileniarismo

Ignorando reglas no escritas, hoy escribo a las tantas de la mañana después de algún wisky de más, porque ha sido una noche de esas en las que se pueden sacar cosas en claro, y sobre todo dudas en las que pensar. De la inteligencia de los animales, los filósofos del country hemos pasado a hablar de la coherencia frente al capitalismo, y a pesar de mi cinismo defensivo, con la ayuda de dos mentes preclaras, he llegado a reconocer que renunciar a un puesto en una multinacional y viajar kilómetros en bici con la misma ropa de hace una semana, es, en los tiempos que corren, un ejercicio de coherencia austera. Cómo no, cualquier conversación en un bar que verse sobre estos temas y entre personas con un punto de humor (recordando, por ejemplo, a colegas pasados que atan un colchón al asiento trasero de la moto "por lo que pueda pasar"), termina con unas risas sobre el momentazo de la tele española. No puedo explicarlo, pero este incidente me recuerda a un dicho de antaño: cuando seas grande, comerás dos huevos.