El Factor Humano
El nombre de una novela cojunuda de Graham Greene (a mi me encanta este tío, católico arrepentido y pecador reinciendente novio de vietnamitas preciosas) y el de otra oda que de nuevo, se me ha ocurrido en el suburbano. El factor que te puede salvar el día o incluso más, es la gente. Puedes llegar por la mañana dormida por la calle, encaminada a tu rutina diaria y pensando en el sueño que has tenido ese día, que era malo porque cuando despertaste te parece que no has dormido nada, y estás hecha unos zorros. Y te cruzas con alguien que lleva los cascos y mueve la cabeza al ritmo de algo que tú no escuchas, y ahí está, alguien sintiendo, y sonríes. Te sientas frente al ordenador, y entre todos los mails rollazos de curro y publi, uno de tu compañero que se mofa de los cuatro pesados de Torrelodones que subieron el otro día al Valle de Los Caídos, o de un amigo que quiere compartir contigo su aburrimiento matinal. Otras dos sonrisas y muchas más ganas de hablar. Una conversación telefónica sobre una nota de prensa, en plan coñazo, y de repente el interlocutor tose, y no puede parar, y se ríe, y tú con él. Vas al banco con un montón de revistas en la mano, intentas dejar las revistas en la mesa y sentarte a la vez y no aciertas en ninguna de las sillas, y te caes al suelo, y la banquera se desconjona, y tú te partes, y por un momento no existe el dinero. Te tocan un poco los huevs con algún fallo, y levantas la vista y la mirada de tu compañera te dice "eres la hostia, no hagas caso", y te lo crees. Una mirada furtiva cuando subes al autobús, esa sensación de que le contarías tu vida a un desconocido, y de que te escucharía. Y al final, no sabes cómo, te preguntan al final del día "¿qué tal?", y piensas "no ha ido nada mal".
1 Comments:
Jajajja, qué anécdota, y además te pega mazo, me ecanta!
1:05 PM
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