Monday, October 10, 2005

Los buses son para cogerlos


Esta mañana cogí el autobús para ir a trabajar. Llegué, por un día, a tiempo a la parada, sin la lengua fuera ni nada. Y cuando me monto, el conductor, que es muy majo, me dice que cree que está lleno, que si quiero me puedo sentar en la escalera. Es un hueco con tres escalones, que si te sientas estás como escondido, tienes la puerta delante y sólo se ve un poco de cielo si estiras el cuello. El tipo me lo ha dicho en alto, y yo le he respondido que sí, en alto, que me sentaba allí, que si no llegaba tarde. Y ha habido algunos que me han mirado con una cara un poco rara, como que les molestaba o les hacía sentir incómodos en su despertar. Pero me he sentado y he empezado a pensar una serie de simplezas casi sin sentido. Como me caeis todos de puta madre y conoceis peores simplezas mías, os cuento éstas. Pensaba que quizá, por subirme en otra parada, ser de otra urbanización, o de otro pueblo, o de otro país, o de otro continente, a la gente no le molaba que me subiera a SU autobús. Y que quizá nos les valga con las miradas, podrían no haberme dejado subir, porque no era MI autobús. Yo pienso que el autobús, como la Tierra, es de todos, pero a ellos incluso les empieza a molestar mi osadía, y además de no dejarme entrar, alguno se baja y me pega una paliza. Y deciden que tienen que proteger su despertar de estos sustos, y colocan un muro en mi parada para que no vuelva a intentar montar en el bus. Y mientras yo pienso que en algún sitio he leído que las fronteras, ya que existen, son para cruzarlas, igual que los autobuses son para cogerlos. Pero mis propios vecinos se molestan conmigo, porque piensan que tengo la culpa de que las relaciones sociales con la gente de otras urbanizaciones se haya enrarecido, así que si algún día se me ocurre intentar saltar el muro para poder ir en bus a trabajar, me pegan un tiro. Y se acaba la historia. Y es quizá no me he dado cuenta que unos y otros hacen negocios, uno le compra el pan al otro, otro le arregla un enchufe, el de aquí le compra al de más allá un rifle de caza...y está claro que no se van a enfadar entre ellos porque yo quiera coger el bus para ir a currar. Esto iba pensando sentada en el hueco de la escalera, todo simplezas.

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